Las especies de langostino de cultivo provienen de especies prehistóricas gigantes, según un reciente artículo de investigación.
Los productos del mar son la mercancía de mayor valor en el comercio mundial de alimentos, siendo el salmón y el langostino los productos más importantes. Esto explica el interés de aumentar los conocimientos científicos de ambas especies. Hasta ahora ningún estudio había analizado con detalle los aspectos filogenéticos de la clase Penaeoidea especialmente en el contexto molecular, morfológico y de las evidencias fósiles. Este nuevo estudio ha tenido incluso que modificar y añadir clases para diferenciar mejor las especies, habiendo propuesto la clase Agripenaeina para agrupar los langostinos de cultivo.
Las especies de langostino más demandadas para su cultivo son aquellas capaces de vivir en aguas cálidas y alcanzar tamaños superiores al resto.
Dos especies lideran la producción mundial de langostino: Litopenaeus Vannamei y Penaeus monodon. Ambas especies son de cuerpo grande y habitan de forma natural en aguas cálidas y a poca profundidad, lo cual no es habitual ya que normalmente se asocia este tipo de ambientes a especies que evolucionan hacia tamaños más pequeños, principalmente porque un cuerpo más pequeño supone una ventaja al tener que hacer frente a una demanda de oxígeno menor respecto a especies de mayor tamaño.
Los langostinos de cultivo cuentan con branquias más grandes que otras especies de langostinos propias de aguas cálidas.
Para los investigadores estas dos especies no han seguido el patrón evolutivo normal sino que han seguido una estrategia diferente, aumentar el tamaño de las branquias, lo que les ha permitido tener una mayor eficiencia en la respiración y habitar aguas someras y cálidas. De hecho hay estudios que demuestran que, dentro de una misma especie de crustáceos, la talla adulta es más grande en latitudes altas de aguas frías que en latitudes bajas de aguas calientes, también se ha demostrado que el cambio climático, con el aumento de temperatura del agua, está provocando que la talla de los adultos esté disminuyendo progresivamente a nivel mundial.
Las especies que se cultivan han heredado el tamaño grande de su cuerpo de un ancestro común: el †Antrimpos speciosus.
Analizando restos fósiles de caliza de Solnhofen (Alemania) que datan del Jurásico superior encontraron ejemplares fosilizados con los mismos patrones de ornamentación del caparazón, similitudes anatómicas y patas natatorias en todo el abdomen, idénticas a las que caracterizan a las especies de langostino cultivadas. Este hallazgo choca con los anteriores estudios científicos que situaban el origen de estas especies de cultivo en el Cretácico superior (hace 95 Ma), mientras que los restos fósiles analizados datan del Jurásico superior (hace 145 Ma).
La importancia de la conservación de los manglares
Este estudio también ha servido para confirmar que muchas especies tropicales de crustáceos han adoptado los manglares como hábitat desde que estos ecosistemas aparecieron, es decir desde hace 95 Ma, y han evolucionado estrechamente relacionadas con este tipo de hábitat. La paradoja es que precisamente las organizaciones ecologistas acusan a la acuicultura intensiva de langostino de ser una de las actividades que están reduciendo la superficie de manglar en las zonas tropicales con el objetivo de establecer nuevas plantas de cultivo. La reducción de los manglares se está produciendo muy rápidamente a nivel global y puede suponer un grave problema ambiental, especialmente para muchas especies de crustáceos marinos.
Fuente de información: «The Origin of Large-Bodied Shrimp that Dominate Modern Global Aquaculture» Javier Robalino, Blake Wilkins, Heather D. Bracken-Grissom, Tin-Yam Chan, Maureen A. O’Leary.
Enlace al artículo científico completo (en inglés): http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371%2Fjournal.pone.0158840